UNA ILUSIÓN
Hace unos días presenté un relato a un concurso organizado por el blog "Los cuentos de Nelly", relato que finalmente resultó ganador del certamen. Lo escribí con la idea de plasmar la reflexión de que a veces, hay salidas a nuestros problemas que no somos capaces de ver... pero están ahí.
MUNDOS PARALELOS
El día que
descubrí el interruptor mágico, descansaba sobre mi cama tras un día agotador.
Había vivido una jornada nefasta: había discutido contigo, me había caído un
broncazo de mi jefe, de vuelta a casa me pilló un atasco que me retuvo por el
camino media hora más de lo normal, el casero me había dejado una nota
exigiéndome que le pagara el alquiler inmediatamente y al abrir el frigorífico,
comprobé que dentro no había más que un trozo de pizza que se había convertido
en el hogar de una familia de hongos.
Me tumbé
desesperado, harto de todo, sin otra ilusión que cerrar los ojos y dormirme de
forma instantánea. Pero como impulsado por un resorte, giré la cabeza antes de
hacerlo y avisté en el lateral del armario algo que llamó mi atención. Nunca antes
había reparado en su presencia. De hecho ¿había estado ahí alguna vez? Ausente
de voluntad, me incorporé inmediatamente y lo pulsé.
Aparecí en
un lugar que no sabría ubicar. Tumbado de espaldas en una húmeda y acogedora pradera,
contemplando un cielo tan azul que solo podía ser un sueño. Pero no lo era, era lo más real que había
vivido nunca. Cuando cesó el efecto magnético que ejercía sobre mí, me
incorporé y descubrí que no estaba solo. Había una chica que me observaba
tímidamente a cierta distancia. Nunca antes la había visto, pero me recordaba a
ti, a aquella chica que fuiste una vez, cuando te conocí, a aquella dulzura
salpicada de inocencia, a una pureza desprovista
de vicios y malicia. Se acercó y asió mi mano sin pronunciar una palabra,
guiándome por aquel lugar, donde multitud de seres vivos cohabitaban en
perfecta armonía. Sus rostros, alegres; sus movimientos, carentes de prisa; sus
voces, melodiosas; sus miradas, serenas. Compartiendo, disfrutando, saboreando,
soñando… viviendo en plenitud al calor de aquella luz que casi deslumbraba las
tinieblas de las que yo provenía.
Estaba a
punto de quedarme, de dejar atrás todo aquello que tenía, pero de repente lo
recordé, y aparecí de nuevo sobre la cama de aquella habitación que ahora se me
antojaba más oscura incluso que segundos, minutos o incluso horas antes, quién
sabe.
Los días se
sucedieron, y los intervalos en los que recordaba aquel nuevo mundo cada vez
eran más largos, al tiempo que los problemas de siempre no hacían más que
impulsarme a dar el paso.
El paso que
hoy voy a dar, cuando pulse de nuevo el interruptor que ahora parece incluso
más grande que la primera vez que lo vi. Cuando leas esta nota, estaré lejos de
ti. ¿Dónde? No lo sé, ni me importa, pero sé que esta vez no volveré. No trates
de encontrarme, no conseguirás hacerlo. Antes tendrás que encontrar tu propio
interruptor mágico."
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