TORMENTA DE UNA NOCHE DE VERANO - @MaikMr1988
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Espero que os guste.
"Un resplandor me ha despertado, abro los ojos y al cabo de unos pocos segundos
escucho el estruendo propio de los truenos, que ya han hecho acto de presencia. Ya ha
llegado la tormenta, incluso diría que escucho como la lluvia golpea el suelo, es una
tempestad veraniega la que me ha desvelado. Los truenos se suceden cada menos
tiempo y los destellos de los rayos convierten la noche en día. Así pues me doy la vuelta
buscando una postura para entregarme a los brazos de Morfeo, pero he aquí que solo
encuentro a Zeus quien tiene una noche movidita. Las ventanas vibran, los de antaño
dirían que son los ángeles jugando a los bolos, o simplemente serán las temporas que
vienen muy raras este año. Una tormenta de verano se ha afincado en los alrededores y
se empeña en fastidiarme los duermevelas, es inevitable que no me vengan los
recuerdos de otras tempestades. Desde la protección de mi fortaleza onírica me dan
igual los rayos y los truenos, pero los recuerdos de los veranos pasados se agolpan.
Una tormenta eléctrica junto al mar, un rayo que cruza sobre tu cabeza
restallando como si el propio Zeus fuese a aparecérsete. Un espectáculo precioso para
presenciar, pero no mola cuando solo te separa la lona de la tienda de campaña, a la cual
le apetece llenarse de goteras. Es muy bonito estar de acampada, aunque una tormenta
de verano pueda hacerte cambiar de parecer, que lo hará. Un temporal de viento
huracanado es un mal aliado en las madrugadas de los campistas, los cuales tienen que
salir corriendo poco ataviados, porque el majo de Eolo les ha arrancado su pequeña
tienda del suelo. Las tormentas veraniegas no se rinden y siempre están esperando, te
engañan mostrándote en el mismo día todo el sol que quieras, para después teñir el cielo
de intensas tonalidades, desde el negro más oscuro que el sobaco de un grillo, hasta un
amarillo parduzco que te hace dudar del planeta en el que estás. Granizos del tamaño de
pelotas, ahora los ángeles se han aficionado al golf. Aerolitos que no paran de caer
reventando todo lo que pillan, lunas y capós sobre todo, de los cuales los seguros no
A los truenos también les gusta ir a la playa, y te lo dicen aunque estés lejos de
la costa, te lo susurran en forma de relajantes estruendos como los que sigo oyendo
desde la oscuridad de mi habitación. La condenada tempestad se ha puesto chulita, pero
ya se la irán bajando los humos, aunque ya me da igual porque me he dormido, o eso
creo, ya que se ha hecho de día y todo ha vuelto a la calma después de la tormenta de la
última noche de verano."
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