SOLO AMIGOS
No hablo, no siento, no escucho ni padezco. Estoy tirada al
lado de aquel bar, aquel al que solías llevarme, aquel al que te solía llevar.
Acabo de vomitar a dos metros del contenedor, no he podido llegar a mi objetivo
antes de soltar todo lo que llevaba dentro.
Sé que esto pasará, sé que eres un imbécil, que has dejado
pasar la oportunidad de tu vida, de nuestra vida. Sé que te has cansado de mí,
y lo peor es que siempre supe que lo harías. Sé que puedo vivir sin ti. Lo sé
porque he vivido sin otros. Pero es que no quiero hacerlo. No quiero olvidar
nuestros besos, nuestros "Te quiero y te querré siempre". Nuestras
risas, nuestras locuras, nuestros lugares, nuestro bar. Y al fin y al cabo
somos una pareja más. Una ex-pareja más. Todas han tenido sus besos, sus
"Te quiero y te querré siempre", sus risas, sus locuras, sus lugares
y su bar. Y su canción, y sus promesas, y sus verdades y sus mentiras.
Sé que no somos especiales, pero es que me da igual.
Hace dos meses que no te veo, que no sé nada de ti. Ni
siquiera he intentado llamarte por teléfono. Sé que se acabo, sé que es el fin
y que ya no hay marcha atrás, pero es que no quiero que se acabe.
Y sabía que era un error, sabía que no tenía que haber
venido, sabía que no tenía que haber bebido, ni dejar al tío que me miraba que
me invitara a una copa. Ni a dos. Y menos a tres. Y pese a todo, le he
sonreído, mientras escuchaba nuestra música. Maldita música, que no me va a
dejar olvidarte nunca. Y se acerca, y sonrío más, y me besa, y siento que el
mundo es mío, y que no significas nada para mí, que soy libre, que puedo hacer
lo que quiera, que no tendré que volver a soportar todas tus chorradas y
gilipolleces, que hoy estaré con uno y mañana con otro, y que no volveré a
estar con nadie en serio porque la vida en pareja es una mierda, porque todo se
estropea, porque siempre te transformas en alguien que no quieres ser y yo
quiero ser yo, sin nadie que me lo impida. Y le beso, le beso con deseo y con
rabia, le beso con ganas, y te entierro bajo todos esos besos que consiguen que
los nuestros no valgan nada. Y te imagino con otra y me da lo mismo. Ya no te
quiero, ya no me importas, ya no eres nadie en mi vida.
La cabeza comienza a darme vueltas y ya no quiero estar con
él, con ese desconocido. Odio que esas manos hayan tocado mi cuerpo y de
repente siento mucho asco y tengo que salir corriendo.
Y aquí estoy, donde al principio, de rodillas. Veo mi móvil
tirado en el suelo y sé que acabo de llamar a alguien, pero no recuerdo a
quién. Miro hacia la entrada del bar, que da vueltas y más vueltas. El idiota
ese del bar ni siquiera se ha molestado en seguirme. Y nos veo entrando juntos,
hace un año. De la mano, riendo a carcajadas, como si nada pudiera cambiar
nunca. Y lloro. Y vomito, y lloro. Y lloro y vomito, y me arrastro y me
desespero, y no sé ni cómo estoy, solo me quiero morir.
Y se oye el motor de un coche, que se acerca, y que se para.
Y el conductor se baja, y se oye: "Eva..." y esa voz, conozco esa
voz. Y por un momento me ilusiono, y creo que has vuelto a buscarme. Pero esa
voz... No eres tú. Es mi amigo Jaime, que viene a buscarme. "Vamos Eva,
levántate" -dice, mientras me levanta. Y vomito de nuevo mientras me
aguanta la frente. "Venga, vamos a mi casa. Y la próxima vez me llamas y
nos emborrachamos juntos". Y me río. Y ya no me siento tan desgraciada. Y
ya no me siento sola. Y aunque ahora esté hecha una mierda, sé que volveré a
estar bien.
0 comentarios